
Se consumen muchas infusiones en nuestro país. Sus efectos reconfortan, calman y combaten el frío en otoño e invierno. En verano son perfectas para hidratarse y refrescarse.
En general, se consideran sanas porque son una buena fuente de hidratación. Casi todas se toman por gusto, por su sabor, para aliviar algún malestar o para sentirse mejor.
Suelen tener compuestos fitoquímicos que son buenos para la salud. Se puede decir que son una buena opción frente a las bebidas con azúcar o cafeína.
Entonces, ¿puedo tomarlas sin límite?
Aunque sean naturales, a base de hierbas secas, no se pueden tomar a la ligera ni abusar porque pueden tener efectos secundarios o afectar a ciertos medicamentos. No son inocuas. Todo depende de la persona, su patología, la cantidad y el tipo de infusión que tome. Algunas como el té, tienen teína (estimulante), otras pueden deshidratar, subir la tensión, ser diurética o laxante, etc.
En muchos casos se han puesto de moda y se han considerado “superalimentos” con la ilusión de curar enfermedades, pero esto no es cierto. No pueden sustituir un fármaco. Hay que hacer más estudios para llegar a una respuesta.
Las infusiones deben tomarse sin azúcar y no deben sustituir al agua, ya que suelen tener un efecto diurético y se pierde agua. Además, la orina arrastra otros minerales como el sodio, potasio y magnesio, que son necesarios para nuestro organismo.
Durante el embarazo o la lactancia, se desaconsejan. Sus efectos pueden ser malos para la gestación, el feto o el bebé. La ruda puede producir abortos y el regaliz sube la tensión. Son seguras la menta, el tomillo, el romero o el ajo. Con el resto es mejor consultar con un experto.
Los ginecólogos/as aconsejan no tomar hierbas usadas como reguladores hormonales o como terapia hormonal sustitutiva natural porque podrían inducir el crecimiento del cáncer de mama.
Por otro lado, el uso continuo de infusiones con efecto laxante puede relajar mucho el intestino y provocar estreñimiento crónico. Tampoco se puede abusar de las infusiones para adelgazar porque podrían afectar los minerales del cuerpo.
El té es una bebida muy popular en el mundo, pero no se debe abusar de él a pesar de sus muchas propiedades. En grandes cantidades puede causar insomnio, ansiedad, problemas en el hígado y puede eliminar el calcio y el zinc de nuestro cuerpo. Es astringente y una fuente de yodo, por lo que si se toma mucho podría causar problemas de tiroides. El té verde, por ejemplo, no lo debe tomar la gente con problemas cardíacos, arritmias, úlcera grastroduodenal y epilepsia.
A una persona con la tensión muy alta le sube aún más la tensión una infusión de té, regaliz, guaraná, maca o ginseng.
Si lo que tiene es problemas en el riñón, no se debe tomar ninguna infusión porque casi todas tienen potasio y en exceso tampoco es bueno para el riñón.
Además, algunas infusiones pueden interactuar con ciertos fármacos pautados y reducir su absorción, como los antidepresivos, los antiepilépticos, los diuréticos o algunos fármacos para diabetes o corazón.
¿Pueden tomarlas los niños?
Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESAN), no se recomienda que los menores de 1 año beban infusiones porque los compuestos que contienen las plantas pueden causarles distintas dolencias (insuficiencia hepática, hemorragias, convulsiones, vómitos, acidez, alteración de la conciencia, deshidratación…). Los pediatras solo recomiendan leche, agua y pequeñas cantidades de zumo de frutas.
Sólo a partir de 1 año pueden ir tomando alguna infusión de forma gradual y previa consulta al especialista.
A tener en cuenta
Aunque las infusiones no caducan, van perdiendo su aroma y sabor con el paso del tiempo. Por eso tienen una fecha de consumo preferente que hay que tener en cuenta.
Además, cuando nos hacemos una infusión, es mejor que se tome en las 48 o 72 horas siguientes para que no crezcan bacterias, y tenerlas en la nevera si no se van a consumir en el momento.
Si no sabemos los compuestos de una planta o no están certificadas por el Ministerios de Sanidad, no debemos tomarla.
Cualquier exceso es insano. Por eso, por seguridad, es recomendable consultar a un dietista, nutricionista o un especialista sanitario antes de tomar infusiones.
Enlaces de interés:
- Maribel Morillas Consuegra. Administrativa y técnico superior en dietética.. Servicio de Información en la Delegación de Salud de Málaga. Málaga.