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Mi hijo tiene el tórax deformado hacia afuera ¿tiene solución?

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¿Qué es el pectus carinatum?

Se trata de una deformidad del tórax. Se caracteriza porque su pared anterior sobresale más de lo habitual (ver figura 1). Puede empeorar en la adolescencia. No suele acompañarse de otros síntomas. La importancia es exclusivamente estética y el impacto psicológico que, en algunos casos, puede tener en el adolescente joven.

¿Es frecuente?

Es menos frecuente que la deformidad contraria que recibe el nombre de PECTUS EXCAVATUM, que se caracteriza por la depresión del tórax en la misma zona.

Se calcula que ocurre en 1 de cada 1500 niños. En un cuarto de los niños hay antecedentes familiares.

¿Por qué ocurre?

La causa se desconoce. Parece que puede estar relacionada con un crecimiento anormal de las costillas o esternón, o con una anormalidad en la composición de los cartílagos que unen las costillas y el esternón.

¿Cómo puedo saber que mi hijo lo tiene?

En el niño pequeño con frecuencia no se aprecia. En el 90% de los niños la deformidad se empieza a notar a partir de los 11 años. Empeora en la adolescencia. No hay una mejoría espontanea sin tratamiento.

En uno de cada cuatro niños se puede asociar con otras alteraciones esqueléticas o del pulmón. La más frecuente es la escoliosis.

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico se hace en la consulta del pediatra, tras ver el tórax. Se deben hacer varias mediciones y radiografías para valorar la gravedad.

El médico, mediante la exploración física y la radiografía de tórax, medirá la distancia que hay entre la zona más saliente del tórax y la espalda, presionará el tórax por la parte anterior para medir la flexibilidad de los huesos y explorará la espalda y otros huesos para detectar si hay otras malformaciones.

No hace falta hacer un TAC (tomografía axial computarizada) para el diagnóstico, salvo si fuera necesario el tratamiento quirúrgico.

¿Cuándo lo debe ver un especialista?

Se aconseja que el paciente sea remitido al cirujano torácico tan pronto como se diagnostique.

¿Hay algún tratamiento?

Al ser un problema predominantemente estético, la decisión de tratar depende de la severidad de la deformidad y del grado en que ésta afecte al paciente.

Existen dos opciones de tratamiento: corsé (ver figura 2) e intervención quirúrgica.

Indicaciones del corsé: el tórax debe ser flexible (se considera que es flexible cuando la deformidad puede corregirse mediante la presión del tórax con la base de la mano). Aun no hay mucha experiencia con este tratamiento pero los resultados iniciales son muy buenos.

Está indicado en deformidades leves o intermedias. El tiempo de tratamiento depende de las horas al día que el paciente lleve puesto el corsé. Si lo lleva 23 horas al día, el defecto se corrige entre 2-6 meses.Tras la corrección deber mantener durante 8 horas al día con el corsé hasta que el esqueleto termine de madurar. Si se lleva entre 14-16 horas al día se debe mantener 2 años. En estos casos la corrección se produce a los 12 meses. Parece que los corsés en los que el paciente puede graduar el grado de compresión se asocian con un mayor cumplimiento del tratamiento y curación.

Los efectos secundarios del tratamiento son mínimos y están relacionados con la compresión de la piel. El corsé se puede poner tan pronto como se diagnostique el defecto. Los resultados son mejores cuanto más joven sea el paciente, por la flexibilidad del tórax.

                    

Indicaciones de cirugía: casos en los que el tórax no es flexible; el paciente no es capaz de ponerse el corsé el tiempo recomendado; deformidades graves y en casos con mucha asimetría o que combinan pectus excavatum con carinatum.

En los casos dudosos se puede ofrecer un tratamiento de prueba con corsé. La intervención consiste en quitar los cartílagos anormales, recolocar el esternón y poner un soporte sintético, reabsorbible o no, para mantener la posición del esternón. Suele haber más complicaciones (4-10 % de los pacientes) relacionadas con la herida quirúrgica o el pulmón, pero la mortalidad es baja. Se están desarrollando nuevas técnicas menos cruentas de las que no hay aun resultados definitivos. La cirugía se suele hacer entre los 13-16 años.

¿Qué resultados tiene el tratamiento?

Corsé: si cumple el tratamiento, la deformidad desaparece en un 75-90% de los pacientes. Los resultados dependen del cumplimiento del tratamiento y el nivel de desarrollo puberal en el que se comenzó a poner el corsé. En los estudios disponibles, solo 2 de cada 100 niños que cumplieron el tratamiento no mejoraron la lesión.

Cirugía: corrige la lesión en el 90% de los pacientes. Es rara la recurrencia. 

Fecha de publicación: 4-01-2015
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