
Cada vez es más frecuente que las parejas se rompan. Se habla de que la mitad de ellas se van a separar. Esto va a ser una de las situaciones más duras en la vida de un niño. Aunque esta separación es para solucionar un conflicto en la pareja, al niño le va a crear una serie de dificultades emocionales.
Si además de la separación hay otros problemas, pueden surgir dificultades psicológicas, emocionales o síntomas físicos. Esto les puede llevar a tener conflictos escolares o acudir a los servicios de salud.
Antes de separarse los padres tienen que dejar claro a los hijos cómo va a ser su vida a partir de la separación o divorcio.
Los niños necesitan seguridad. Tienen que saber dónde van a vivir, con quien van a vivir, quien se va a cambiar de casa y dónde se va a vivir el otro progenitor, cómo va a ser el contacto con él. Debe saber si va a haber cambios sustanciales, en la situación escolar o económica.
¿Cómo viven los niños la separación o divorcio?
El divorcio de los padres es un proceso de duelo para el niño. Lo llena de sentimientos de inseguridad, abandono, rabia y desconfianza. Lo vive como una ruptura de la familia.
En algunos casos los niños pueden vivir un duelo anticipado. Se debe a las dificultades que se van dando en el propio proceso de separación.
El duelo o dolor es una respuesta normal y natural cuando hay una pérdida. En el caso de la separación se puede acompañar de reacciones emotivas y de comportamiento. A veces también de reacciones físicas.
El duelo es aprender a vivir con los padres separados. Es aceptar la realidad de los cambios. Es aprender a vivir de una forma diferente. Tiene una función adaptativa, que puede durar de 1-2 meses a 1 año.
¿Qué problemas pueden tener?
La edad y otros factores pueden hacer que los problemas de comportamiento duren más tiempo.
- Preescolares: Son los que más sufren en las separaciones. Desde el punto cognitivo no comprenden cual es el problema.
Sueño, alimentación, muchas veces inapetencia. Sufren regresiones transitorias: chupete, enuresis, rabietas. Sufren ansiedad, tristeza, agresividad, irritabilidad, negativismo.
- Niños de 5-10 años:
Problemas de sueño, alimentación y conducta. Tristeza.
Problemas orgánicos (somatizaciones): Cefaleas, dolores de abdomen, musculares o de pecho.
- Adolescentes: Suelen exteriorizar más sus dificultades.
Entre ellos se dan más las alteraciones del comportamiento, los enfados, peleas, conductas violentas, etc.
Las adolescentes interiorizan más y se quejan de dolores abdominales o de cabeza. Desarrollo de trastornos alimentarios, depresiones…
¿Qué problemas pueden darse en la escuela?
La escuela es el espacio donde el niño pasa más tiempo después de su casa. Y es donde el niño va a mostrar cual es su conducta y cómo se encuentra afectivamente. Se pueden detectar:
- Cambio de comportamiento en la escuela.
- Menor rendimiento escolar.
Puede ser que la familia haya informado sobre la separación. Si el maestro, tutor u orientador lo sabe puede dar apoyo al niño. O puede que ellos sean los que noten estos cambios y que consulten con la familia para saber si hay algún problema.
¿Qué situaciones se aconseja no vivan los niños?
- Pérdida de contacto con los padres o con uno de ellos.
- Meses sin llamar o ver al padre o a la madre. Una de las peores cosas de la infancia es sentirse abandonado. Olvidado por sus padres como si el niño ya no fuera hijo de esos padres, o no les importara nada.
- Cambio en el entorno y condiciones de vida.
- Hostilidad entre los padres. Manipular el acceso a alguno de ellos.
- Intrusión del sistema legal en la familia, los múltiples litigios y denuncias, por los que atraviesan algunas personas separadas.
¿Qué podemos decirles a los padres en esta situación?
Aquí se dan unos consejos para que las parejas que pasan por este trance las tengan en cuenta y las repercusiones negativas en la vida de sus hijos sean las menos posibles. También puede ayudar a los familiares de los padres, abuelos, tíos e incluso amistades más cercanas. Ellos también tienen un papel relevante en la vida de los niños. También son muy importantes en el manejo adecuado de la separación.
A veces, los padres consultan con el pediatra. O hablan con el maestro o maestra antes de decírselo a los niños solicitando orientación y para informarse.
- Explicar la decisión los dos padres a la vez. El mejor momento es cuando esté reunida la familia y se tengan las cosas claras sobre el futuro. Así se podrá responder con cierta seguridad a las preguntas del niño o niña.
- Ningún niño es demasiado pequeño. A todos se les puede contar con palabras adecuadas a su edad lo que pasa y responder a lo que pregunte. Explicar de forma simple el porqué de la ruptura. No entrar en detalles escabrosos.
- Eliminar la esperanza de reconciliación
- Eliminar sentimientos de culpa. Hay que dejar muy claro a los hijos que ellos no han sido los culpables de lo que ha pasado.
- Favorecer la comunicación y la relación. Es muy importante que comprendan que la separación es de la pareja. Que no hay separación como padres.
- No hablar mal de la ex pareja.
- No sonsacarle información.
- Consensuad y mantener unas normas básicas.
- Mantener informada a la ex pareja.
- No tratar de ganar el afecto del niño.
¿Cuándo se debe aconsejar a la familia que consulte con el pediatra?
El duelo por separación varía en el tiempo desde pocas semanas a 1 año. Es importante saber si algún factor de riesgo puede hacer que el duelo dure más tiempo o no sea normal.
La forma en que reaccionan depende de su edad, personalidad y las circunstancias concretas del proceso de separación y divorcio.
Problemas de elaboración del duelo:
- Dificultad de concentración, apatía, cansancio, poca energía.
- Ansiedad, intranquilidad, irritabilidad y susceptibilidad excesiva.
- Emotividad excesiva, Pasar de la ira al llanto muy fácilmente.
- Problemas para conciliar el sueño, durante el día, somnolencia durante el día.
- Alimentación alterada. Desde tener poco apetito a comer de forma compulsiva.
- Baja autoestima.
- Síntomas depresivos de retraimiento y exclusión, soledad y tristeza profunda,
- Comportamientos de oposición, de ruptura con la sociedad y antisociales. Esto afecta a su vida de relación y a su rendimiento escolar.
Conclusión
Ante todo, ofrece a tu hijo tu apoyo. Ayúdale a expresar con palabras sus sentimientos antes que ofrecerle otras formas materiales de sentirse mejor.
Un único consejo para mitigar estas experiencias infantiles: que el niño sepa que, por encima de las desavenencias entre los padres, a él se le sigue queriendo igual.
- Guadalupe del Castillo Aguas. Pediatra. Centro de Salud "Carihuela". Torremolinos (Málaga)