
La infección por Parvovirus B19 es común en los niños. Este virus causa el llamado eritema infeccioso o megaloeritema. También se llama “quinta enfermedad”.
Se transmite de una persona a otra. Da lugar a un exantema muy característico. Suele comenzar en la cara, dando un aspecto de “mejillas abofeteadas”. Después se extiende a tronco, nalgas y áreas de extensión de extremidades. Puede o no tener fiebre.
En adultos sanos, la infección puede no dar síntomas o ser leves (malestar general, catarro). No es habitual la erupción tan característica como tienen los niños y suele ser autolimitada. Se resuelve sin tratamiento.
A veces puede dar complicaciones articulares o hematológicas (bajada de glóbulos rojos y de otras células sanguíneas), si bien no es lo habitual.
Los individuos (adultos o niños) con Parvovirus B19, son más contagiosos mientras incuban la enfermedad, antes de poder ser diagnosticados. Una vez ya tienen síntomas, la contagiosidad es baja.
¿Qué sucede en el embarazo?
Como en el resto de los adultos sanos, cuando el virus infecta a una mujer embarazada, suele ser un cuadro leve (incluso sin síntomas). Se resuelve solo y sin complicaciones en la mayor parte de los casos.
Y hay que decir que la mayoría de las infecciones intrauterinas por Parvovirus B19 no causan complicaciones fetales. Además no se ha demostrado que el virus cause malformaciones en el feto.
Pero se han descrito dos complicaciones graves a tener en cuenta. Sobre todo cuando la infección tiene lugar en la primera mitad del embarazo:
- Muerte fetal: aproximadamente en el 6% (3) de las mujeres embarazadas que se infectan por parvovirus. Estos casos se han visto en las primeras 20 semanas de gestación. A partir de las 20 semanas, el riesgo de muerte fetal es muy bajo (< 1%).
- Hydrops fetal: es una complicación rara (<4% de los casos). Sucede, de forma excepcional, si hay contagio después de las 32 semanas de gestación. Quiere decir que el feto retiene líquidos de forma anormal.
Esta situación, requiere un control exhaustivo por parte del obstetra, ya que, aunque puede llegar a resolverse, en otros casos pueden hacer falta tratamientos especializados (transfusiones fetales) o tener un desenlace fatal.
¿Qué debo hacer si estoy embarazada y he estado expuesta al virus?
En este caso, se debe ir al médico de familia para valorar hacer un análisis de sangre (serología frente a este virus). Esta prueba, detecta si en sangre hay anticuerpos frente al virus. Suelen aparecer unos 10 días después del contacto y siguen altos semanas e incluso meses o años dependiendo del tipo.
En caso de que la prueba sea negativa (no ha habido infección) o muestre que se trata de una infección ya antigua, no hay que hacer ninguna otra prueba y se debe continuar con los controles habituales del embarazo.
Si la prueba demuestra un contagio reciente, se debe informar al ginecólogo, sobre todo en la primera mitad de la gestación (<20 semanas), para valorar un seguimiento más estrecho del embarazo.
¿Qué puedo hacer para evitar el contagio?
Como es un virus que se contagia entre personas, hay varias medidas sencillas que deben hacerse para prevenir tanto ésta como muchas otras enfermedades:
1) Lavado de manos: debe ser frecuente. Nos ayuda a prevenir ésta y muchas otras enfermedades. Es importante lavarlas antes de la preparación de alimentos, después de ir al baño, cambiar pañales, hacer tareas al aire libre y tocar basuras y animales. Basta con lavar con agua y jabón unos 15-30 segundos. No olvidar limpiar muñecas, uñas y dedos. Aclararse bien y secarse con una toalla de uso personal o desechable. También se puede usar un gel antiséptico sin aclarado en caso de no disponer de un lavabo.
2) No compartir alimentos, bebidas o utensilios para comer de otras personas, incluidos niños pequeños o nuestros propios hijos.
3) Ventilar adecuadamente las estancias.
4) Evitar el contacto con individuos infectados.
- Cristina Rodríguez Arranz. Pediatra. Consultorio de Villamediana de Iregua (Zona Básica de Salud de Alberite). La Rioja
- Grupo de Patología Infecciosa. AEPap.