
El 31 de agosto se conmemora el día mundial de la obstetricia y la embarazada, en honor a Ramón Nonato, clérigo del siglo XIII y que, al nacer, fue extraído con vida del vientre de su madre, la cual había fallecido en el parto. En esta fecha se rinde homenaje a los profesionales de la salud que se dedican a ejercer esta disciplina.
La mortalidad materna constituye un problema de salud global y está estrechamente vinculada a la salud prenatal (del feto durante el embarazo y el parto). Cada año se producen más de 200.000 muertes maternas y casi 2.000.000 de muertes prenatales, la mayoría de las cuales son evitables.
La mayoría se producen en los países de ingresos bajos y medianos bajos. En estos países muchas mujeres no tienen la posibilidad de realizarse controles durante el embarazo, ni de dar a luz en centros médicos atendidas por matronas u obstetras.
Hace unos años, en el condado de Lamu en Kenia, la mayoría de las mujeres daban a luz en sus propias casas y la mortalidad materna y perinatal eran muy altas. Hoy en día, por suerte, pueden acudir al Lamu County Hospital, lo que ya ha disminuido la mortalidad de madres e hijos. Sin embargo, aún no disponen de especialistas en obstetricia y los partos y cesáreas son atendidos por médicos locales generales.
Es especialmente importante que todos los partos sean atendidos por profesionales de la salud cualificados, ya que la atención y el tratamiento oportunos pueden, tanto en el caso de la mujer como en el del recién nacido, decantar la balanza del lado de la vida.
Foto de cabecera del artículo realizada por Paula Melero Guardia.
En esta foto se puede observar a una madre alimentando a su recién nacido prematuro en la Unidad de Neonatología del Lamu County Hospital (Lamu, Kenia).
- Paula Melero Guardia. Pediatra.. Hospital Virgen de la Luz. Cuenca.